En un mundo que consume cientos de miles de millones de vasos de café de un solo uso cada año, el cambio de las principales cadenas de café a vasos de papel parecía un paso positivo hacia la sostenibilidad. Sin embargo, un estudio reciente publicado en Wired.com revela una verdad preocupante: estos supuestos vasos ecológicos están lejos de ser tan amigables con el medio ambiente como se creía.
Según este estudio, los vasos de papel, a menudo promocionados como una alternativa ecológica a los vasos de plástico convencionales, están revestidos con una fina capa de plástico. Este revestimiento, diseñado para evitar que el líquido se filtre en el papel, puede emitir sustancias químicas tóxicas que dañan a las criaturas vivientes y al medio ambiente.
La autora principal del estudio, Bethanie Carney Almroth, profesora asociada de ciencias ambientales en la Universidad de Gotemburgo en Suecia, señala que las sustancias químicas se filtran de estos vasos de papel, pero la composición exacta de estas sustancias es desconocida. «Todo esto sería mucho más fácil si se exigiera a las empresas que nos dijeran qué utilizan en sus productos», destaca Carney Almroth.
El estudio también pone de relieve que, a menudo, los análisis químicos no pueden identificar las sustancias presentes en estos vasos de papel debido a las complejas mezclas de materiales sintéticos y químicos utilizados en su fabricación. Además, la «toxicidad de mezcla», la combinación específica de estas sustancias, complica aún más la regulación de estos productos.
A pesar de los esfuerzos por mejorar las prácticas de reciclaje, el reciclaje de vasos de papel se ha convertido en un desafío. La mayoría de los centros de reciclaje tienen dificultades para separar el revestimiento de plástico del papel del vaso, lo que limita la eficacia de los programas de reciclaje. En el Reino Unido, solo un pequeño número de centros de reciclaje acepta vasos de papel, y la mayoría de las personas encuentra incómodo tener que llevar los vasos de papel a un punto de reciclaje.
Incluso las tazas reutilizables, a menudo hechas de plástico, no son la solución definitiva. El estudio señala que estas tazas también pueden filtrar sustancias químicas tóxicas, especialmente cuando se exponen al calor y al desgaste. Además, su huella de carbono plantea desafíos, ya que se deben utilizar entre 20 y 100 veces para igualar las emisiones de gases de efecto invernadero de una taza desechable, debido a la energía requerida para su producción y el lavado.
A medida que los consumidores buscan alternativas más seguras y sostenibles, algunas empresas han explorado opciones innovadoras, como vasos comestibles hechos de gofres o galletas, o la utilización de técnicas de plegado de papel similares al origami.
El estudio destaca la necesidad de repensar los materiales utilizados en la fabricación de vasos de café y la importancia de encontrar soluciones sostenibles que reduzcan la dependencia de productos desechables. Mientras tanto, los esfuerzos continúan en la búsqueda de opciones más seguras y respetuosas con el medio ambiente. La transición hacia una economía circular y la inversión en infraestructura para la reutilización de tazas podría ser parte de la solución a este problema que afecta a nuestra salud y al planeta.