Tanto si buscas señalizar un camino en tu jardín como si deseas ambientar tu balcón o iluminar el exterior de tu vivienda por motivos de seguridad, las luces solares son una alternativa que solo tiene ventajas.
La iluminación de exterior solar es una alternativa extraordinaria a la iluminación eléctrica y presenta múltiples beneficios. Las luces solares tienen una ventaja principal, su fuente de alimentación es gratuita, por esa misma razón son una alternativa ecológica. Además, son más seguras que las luces eléctricas, sobre todo en entornos húmedos y de exterior. Se instalan fácilmente y no requieren de una toma eléctrica.
El sector de la iluminación solar ha evolucionado muchísimo en los últimos años y hoy en día podemos encontrar lámparas solares para todo tipo de ambientes y usos; desde los focos solares de iluminación intensa, hasta los adornos solares que suelen estar compuestos por pequeñas luces no muy potentes, pasando por las farolas y los apliques, que ofrecen luces de intensidad media.

La iluminación de espacios exteriores requiere diferentes tipos de potencia de luz, el número de lúmenes que necesite para iluminar el exterior de su hogar dependerá del área y uso que vayamos a darle.
Las luces solares incorporan lámparas led con lo cual no vamos a medir su potencia en vatios sino en lúmenes. Como promedio, estos son los lúmenes recomendados para la iluminación de exteriores. Si lo que queremos son proyectores de seguridad, necesitaremos que los focos solares tengan entre 700 y 1300 lúmenes. Si deseamos iluminar un cobertizo, por ejemplo, entre 150 y 300 lúmenes será suficiente. Los postes de lámpara deberían tener un brillo de entre 120 y 180 lúmenes. Los reflectores de paisaje, 120 lúmenes, y por último, para iluminar un camino al aire libre no se necesitan más de 100 lúmenes.
Iluminar un camino en un jardín es una de las necesidades más comunes entre los paisajistas.
Este tipo de luces habitualmente se requiere que se integren en el paisaje al tiempo que funcionan armónicamente con la arquitectura. Podemos encontrar desde farolas hasta elementos que se ubican a ras de suelo (decorativos o que se mimetizan con el entorno como las llamadas piedras solares), pasando por las luces de altura media a modo de pequeños postes, bolardos o estacas.

Dependiendo de la altura de nuestro dispositivo y del tipo de ambiente que queramos crear, tendremos que poner especial atención en la intensidad y la temperatura del color de la luz.
Las estacas solares
Las estacas solares son una de las formas de iluminación más popular por lo fácil que resulta su instalación. Existe una amplia gama de estilos decorativos cuando hablamos de estacas, sin embargo, lo que todas tienen en común es que proyectan la luz hacia abajo.
Cuando queremos iluminar nuestro jardín con estacas, debemos buscar aquellas que tengan una altura entre 20 y 25cm. Fabricadas habitualmente con materiales resistentes a las inclemencias meteorológicas, de acero inoxidable o aleación de aluminio. El haz de luz suele llevar un capuchón de plástico especialmente diseñado para proteger de los golpes y la lluvia. Por último, siempre tienen una punta de tierra reforzada hecha de un material adecuado, como acero galvanizado o similar.
El entorno cambiante
La ventaja de las estacas solares frente a los apliques es que podremos cambiarlas en cualquier momento que lo necesitemos y ponerlas en cualquier lugar donde necesitemos un extra de iluminación.
Una de las limitaciones de las instalaciones clásicas de iluminación para jardín es que en el momento de plantar o trasplantar debemos de contar con el circuito eléctrico que va por debajo de la tierra.

También debemos tener en cuenta que los jardines no tienen el mismo aspecto durante todas las estaciones del año, por lo que con las estacas o balizas podemos modificar la iluminación según va cambiando la vegetación de nuestro jardín.
Apliques y luces empotradas
En ocasiones podemos beneficiarnos de las estructuras fijas de nuestro jardín para instalar la iluminación. Desde los muros de la propia vivienda o la parcela, hasta estructuras decorativas como caminos de madera, cenadores o pérgolas.
En estos casos la iluminación más adecuada son los apliques o focos empotrados.
Puesto que nuestras luces estarán instaladas sobre una superficie que podría hacer sombra, debemos tener en cuenta que no funcionarán si no obtienen una mínima exposición al sol. En ocasiones este tipo de luminarias tiene un panel solar separado de la propia lámpara y que es la fuente de alimentación.
Iluminación potente
Los focos solares de jardín son uno de los productos cuya demanda crece más rápidamente. Son un tipo de iluminación potente que se utiliza para iluminar grandes espacios u objetos de gran tamaño como ese árbol monumental que protagoniza nuestro jardín.
Un foco potente debe tener entre 900 y 15000 lúmenes y habitualmente pasan muchas horas encendidos, por lo que el consumo de energía es elevado. Por este motivo, los focos solares ganan adeptos.
Para poder ofrecer esta potencia lumínica, los focos solares llevan incorporada una batería.
Cuando instalemos focos solares en nuestro jardín debemos de utilizarlos como puntos focales. Podemos utilizarlos para dar notoriedad a un elemento como una fuente o una escultura, pero también para iluminar zonas peligrosas como la piscina o algún desnivel del terreno.
Iluminación decorativa
Pero donde realmente se demuestra la versatilidad de las luces solares es cuando buscamos opciones decorativas para darle un cambio de aire a nuestro jardín. Desde las guirnaldas tradicionales y sus variantes como las cortinas o cadenas, hasta los farolillos o las luces de superficie que suelen colocarse sobre el suelo son una opción ideal para decorar el jardín con luces solares.

En todos los casos buscamos iluminaciones tenues que den ambiente a nuestro jardín, y la ventaja de las luces solares es que al no necesitar estar unidas a la rede eléctrica nos ofrecen una gran versatilidad.
Solamente tenemos que buscar el sitio idóneo que requiera una iluminación y colocar nuestra fuente de luz y que nuestro jardín empiece a lucir de manera diferente.
Independientemente del tipo de luz solar que escojamos para iluminar nuestras zonas exteriores debemos tener en cuenta que un exceso de luz puede arruinar el encanto de cualquier jardín. Es importante que haya contraste entre sombra y luz para que algunos animales como pájaros o mariposas encuentren refugio en nuestra vegetación. Por último, debemos recordar que las luces deben resaltar la belleza de la naturaleza exterior, y facilitar que la disfrutemos cuando el sol ya se ha puesto.