La diseñadora de interiores Merche Alcalá es la creadora de Table M#01, un objeto que, con la creatividad por bandera, rompe con los moldes habituales de la alta gastronomía ofreciendo una experiencia única y novedosa.
La belleza de los objetos que tienen alma es algo indescriptible. Con una energía especial y una presencia que trasciende su forma física aportan un alud de vida en el lugar en el que son depositados. Son capaces de despertar emociones profundas en nosotros, evocando recuerdos, añoranzas y esperanzas. Son tesoros que atesoramos en nuestro yo más íntimo, porque en ellos encontramos la belleza que va más allá de lo superficial, la belleza que nace del alma.
Una experta en la creación de estos objetos es Merche Alcalá, diseñadora de interiores. A través de su talento y visión, ha conseguido dotar espacios de una esencia única y personalidad propia. Cada objeto, cada detalle y cada elemento los selecciona cuidadosamente para transmitir emociones y contar historias. Su trabajo consiste en ejercer de guía, intérprete de deseos y anhelos, y a través de su talento, lograr plasmar la esencia y el alma de quienes buscan convertir un espacio en especial y diferente.
Resulta que a Alcalá hace ya un tiempo, en 2012, se le ocurrió una idea, una reflexión, en torno a las mesas de los restaurantes de alta gastronomía. Suele frecuentarlos y siempre le ha dado la impresión de que lo exploran todo, pero limitan su creatividad a la comida, al plato, a la vajilla… Y que nunca suelen traspasar la frontera de la mesa.
Con el fin de que la mesa no solo no fuera un obstáculo, sino que se convirtiera en un elemento que mejorara la experiencia, comenzó a darle vueltas a la idea de crear una mesa viva, con alma, que ejerciera como herramienta ideal construyendo una experiencia diferencial que llegara incluso a emocionar a los comensales.
«¿Y si pensamos en darle protagonismo a la mesa? ¿Y si la utilizamos como una herramienta más en la experiencia gastronómica? ¿Qué pasaría si comenzamos a preguntarle y le dejamos que nos inspire?» Estas preguntas rondaban la cabeza de Alcalá, que daba vueltas a una idea en la que la mesa podría demostrar todo su potencial.
Una reflexión necesaria
Y así nació Table M#01, que es lo que considera el principio de una reflexión más exhaustiva. Una reflexión que, según asegura, comienza con nosotros llegando a un restaurante y siendo a acompañados a un lugar donde pasar cierto tiempo volcando los sentidos, la ilusión y la expectación. A principios de 2017 volvió a trabajar en esta idea y a buscar un restaurante que le encajara. El estímulo, la osadía y lo que parecía ser una oportunidad única le llevaron a proponer la idea al restaurante Disfrutar, uno de los mejores restaurantes de Barcelona y del mundo que está dirigido por Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas.
Según cuenta, de forma improvisada y al final de una cena con amigos, se acercó a la cocina para hacer una preguntar a Oriol y a Eduard: «¿Podríamos quedar algún día para enseñaros una idea que tengo?». Así fue como, después de tanto tiempo, comenzó un proceso de colaboración en el que, después de muchas idas y venidas, el resultado fue una experiencia que contribuye a una reflexión más profunda sobre un espacio, la mesa, que aún estaba por explorar en el contexto de la experimentación gastronómica.
En la experiencia de Disfrutar los comensales son recibidos por una visión intrigante: una mesa cuadriculada, desprovista de mantel. Pero es al momento de tomar asiento cuando se inicia la fascinante ceremonia gastronómica. Conforme el cliente se acomoda, una magia cautivadora se despliega frente a sus ojos. Los diferentes cajones comienzan a emerger, revelando en su totalidad una impresionante exhibición de petit-fours.
Cada elaboración surge lentamente, presentando una coreografía meticulosamente orquestada de sabores y texturas que cautivan los sentidos y despiertan la curiosidad. La mesa se convierte en un escenario en el que la creatividad y la técnica se fusionan en cada bocado, transportando al comensal a un mundo de deleite culinario inigualable.
Ante todo una herramienta
Este es el caso del restaurante Disfrutar, pero la mesa está disponible para otras colaboraciones que quieran llevar la gastronomía a otro nivel y que muy pronto estará involucrada en un proyecto de eventos. De hecho, desde el principio Alcalá entendió la mesa como una herramienta que sirviera como complemento a la experiencia: «El menú es lo importante, ¿quién era yo para romper con el menú?».
Y así podrá seguir contribuyendo a la profunda reflexión sobre el espacio y la mesa, en la que todavía hay mucho margen por explorar en el contexto de la experimentación gastronómica. Y todo ello jugando porque, si en algo insiste Alcalá, es que todo esto va de pasárselo bien.