Arne Jacobsen fue un diseñador industrial y arquitecto danés, una figura esencial para el diseño moderno escandinavo. Contribuyó a dejar atrás el clasicismo nórdico tradicional y diseñó siguiendo los principios de la funcionalidad, la simplicidad, la utilidad y la armonía.

Arne Jacobsen (1902 – 1971, Copenhage) quiso mejorar muchos aspectos de la vida cuotidiana de las personas a través del diseño. A parte de arquitecto y diseñador de productos tocó muchos otros campos como el diseño textil o la cerámica. Se le conoce como un diseñador total, ya que sus proyectos se distinguen por incluir un enfoque integrador en el que diseñó tanto los edificios como el mobiliario y los complementos necesarios para habitarlos.
Desde pequeño, Arne Jacobsen despuntó por sus dotes para el dibujo y la pintura. Siempre quiso combinar estos conocimientos con la construcción de elementos, así es como tomó la decisión para empezar a estudiar en la Escuela Técnica de construcción y se formó como albañil. Durante esos cuatro años que duraron sus estudios se familiarizó con los materiales y técnicas de construcción. Este fue el primer paso para más tarde entrar en la Facultad de Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de Dinamarca, de la que se graduó en 1927. En la arquitectura encontró la manera perfecta de combinar los conocimientos sobre construcción y de utilizar su talento para el dibujo y la ilustración.
Con la arquitectura encontró la manera perfecta de combinar los conocimientos sobre construcción y de utilizar su talento para el dibujo y la ilustración
En 1930 creó su propio estudio de diseño, en el cual trabajó hasta el año de su muerte, 1971. Sus primeras obras coinciden con el momento en el que en Dinamarca empieza a hablarse del funcionalismo y del modernismo de la mano de grandes iconos como Le Corbusier o Mies Van der Rohe. Aunque estos dos diseñadores fueron sus grandes influencias, los edificios que diseñó en esta época todavía tenían mucho de la arquitectura clásica escandinava, pese a que sus construcciones ya empezaron a adaptarse al objeto, una de las bases del funcionalismo. Arne Jacobsen definió así su punto de vista del funcionalismo en una entrevista realizada en sus primeros años de carrera “si un edificio no está bien solucionados desde el punto de vista técnico o desde el funcional, entonces no es arquitectura, solo un edificio”. Aun así, se vio limitado ya que los clientes no querían construcciones tan rompedoras y tuvo que lidiar con las críticas de una gran parte de la sociedad, que no estaba de acuerdo con su forma tan diferente de diseñar.
En 1929 diseñó una maqueta para una exposición junto a Flemming Lassen, Casa del futuro, que rompía con la visión tradicional de una villa. Se trataba de un edificio en forma de espiral y excéntrico para el momento, que contaba con un helipuerto en la azotea y una lancha en el garaje. Durante la década de 1930 empezó a colaborar con firmas danesas de mobiliario como Louis Poulsen y Fritz Hansen, empezó así su carrera como diseñador industrial, campo por el que ya tenía interés.

No obstante, esta misma década es importante porque Arne Jacobsen ganó varios concursos importantes de arquitectura, en estos despuntó por su estilo simple en proyectos complejos, así fue como obtuvo sus primeros encargos importantes. En 1934 diseñó el edificio residencial costero Bellavista, para el cual utilizó primordialmente materiales como vidrio, yeso y acero, este edificio sería considerado durante los próximos años como diseño ideal para los bloques de apartamentos. En 1935 fue construido el teatro Bellevue con un restaurante anexado. Estas construcciones públicas fueron esenciales para que la opinión general aceptara las nuevas ideas que introducía el funcionalismo, ya que tuvieron una gran afluencia de gente, quienes empezaron a acostumbrarse a un estilo alejado del clasicismo.
“Si un edificio no está bien solucionados desde el punto de vista técnico o desde el funcional, entonces no es arquitectura, solo un edificio”
Arne Jacobsen
Estos años productivos en los que diseñó decenas de edificios se frenaron con la llegada de la Segunda Guerra Mundial. Jacobsen era judío, por lo que se vio obligado a emigrar a Suecia. En este periodo se lanzó al diseño de estampados textiles junto a su mujer, Jonna Jacobsen. Sacó su faceta más puramente artística, en estos estampados podemos encontrar estampados con acuarela y los motivos dibujados solían ser florales y relacionados con la naturaleza
Su actividad productiva se reavivó después de la guerra, pues Dinamarca había sufrido los efectos del conflicto y necesitaba arquitectos que reconstruyeran una gran cantidad de edificios. En las próximas construcciones le empezó a dar importancia tanto al diseño exterior del edificio como al diseño interior. En 1952, durante la construcción del ayuntamiento de Rodovre, ideó la silla Ant (también conocida como silla Hormiga), que ha pasado a la historia por combinar a la perfección estética y funcionalidad. Es una silla ligera, estable y fácil de transportar, además, tiene solo tres patas, por lo que permite mover los pies sin chocar con ellas. Para construirla simplemente utilizó una sola pieza de madera laminada para el respaldo, cosa que lo hace flexible y cómodo, el otro material utilizado fue plástico para las patas. Más tarde serían fabricados más ejemplares por la compañía Fritz Hansen.

Después de la guerra en Dinamarca se vivió una escasez de materiales y una necesidad de reconstruir edificios. Las formas tradicionales de construcción vigentes hasta el momento resultaron ser poco prácticas, pues para llevarlos a cabo se necesitaban materiales difíciles de encontrar y presentaban decoraciones innecesarias que retrasaban su finalización. Es así como surge la alternativa del funcionalismo de Jacobsen como la mejor opción, pues utilizaba métodos constructivos típicos de la industrialización y de la fabricación en serie. Los edificios se construían más rápido y eran más baratos. Otro de los edificios que construyó en la década de 1950 fue la escuela Munkegaard, que destaca por su diseño funcional, pues combina líneas rectas y proporciones geométricas que dan sensación de frialdad con el uso de colores vivos y espacios exteriores para que los niños se sintieran como en casa.
Paralelamente, en el año 1955, diseñó la histórica silla Serie 7 (también conocida como Modelo 2107). Jacobsen la definía una evolución de la silla Ant, pues al igual que esta, está fabricada con una sola pieza de madera laminada, pero con cuatro patas. Hasta la fecha ha vendido más de 5 millones de unidades, algunos la consideran la más vendida de la historia. Uno de los secretos de su éxito es que su fabricación es muy económica debido a que solo cuenta con dos piezas, la comercializó la firma Fritz Hansen.

Una de sus obras más trascendentes llegaría en 1960: el Hotel SAS Royal, por primera vez un hotel había sido diseñado en su totalidad, tanto el interior como el exterior fueron ideados íntegramente por Ernes Jacobsen. Se trataba de una torre de 18 plantas en el centro de Copenhage que chocaba en una ciudad donde predominaban las construcciones de menos altura, este contraste causó críticas y un poco después de su inauguración Jacobsen declaraba: “Cuando inauguré el hotel SAS, un diario promovió un concurso para tirar los que ellos definían como ‘el edificio más feo de la ciudad’”. El arquitecto quería que el edificio pareciera un espejo y más de la mitad de la fachada son ventanas, cosa que contrasta con un ala baja más pesada que llama la atención.
Lo que hace único al edificio es la armonía que guarda con su interior pues iluminación, cortinas, muebles, ceniceros, etc. Que se crearon para darle una entidad única. Dos de las sillas que se encontraban en el salón del hotel se volvieron extremadamente populares: el sillón Egg y la silla Cisne. Son sillas creadas con el objetivo de ofrecer privacidad, ambas tienen una base de cuatro patas de aluminio que permite el giro de 360º y una sola pieza que sirve de respaldo. Se repite así la idea de crear objetos baratos y fáciles de fabricar, que como sus otras sillas, pronto se internacionalizaron y adquirieron relevancia mundial. Ambas fueron comercializadas por la firma Fritz Hansen.

Fue así como consiguió reconocimiento internacional, en los próximos años sería galardonado por muchos de sus proyectos en Inglaterra y en Alemania. Fue especialmente influyente en Inglaterra, donde fue llamado para diseñar el St. Catherine’s College de Oxford y la Embajada Real Danesa en Knightsbridge. Murió en 1971 dejando tras de sí un legado que seguimos recordando a día de hoy. Ha sido inspiración para muchos, quienes también lo consideran el máximo exponente del funcionalismo en Dinamarca.